De todos los retos que tenía la telefonía móvil, probablemente la eficiencia energética sea el más grande de los que quedan pendientes. En fotografía, potencia o usabilidad se han alcanzado unas cualidades increíbles frente a lo esperado hace años, pero la autonomía es un tema en espera.
Para solucionarlo, a la espera de soluciones aportadas por promesas como el grafeno, o parches como la carga rápida, Neda Design ha diseñado elDelta V, un smartphone que se puede recargar sin usar electricidad (que no energía).
La clave del Delta V es su parte trasera, donde encontramos una lámina fotovoltaica, otra piezoeléctrica y otra triboeléctrica. Cada una tiene una textura distinta, y se nota al tacto. La fotovoltaica, como los paneles solares, es brillante y desliza con facilidad. La triboeléctrica, por su parte, es áspera. De esta manera, el usuario puede ir cargando la batería del terminal incluso mientras lo lleva en el pantalón, ya que la parte triboeléctrica recoge energía gracias al rozamiento que se produce cuando se frota con las paredes del bolsillo. Lo mismo ocurriría con esa lámina si frotásemos con nuestros dedos, o con la piezoeléctrica, que aprovecharía toques sobre su superficie. Estando en ambientes luminosos, sería la lámina fotovoltaica la que enviaría a la batería energía obtenida a través de la luz.
En el concepto se incluye D-app, una aplicación que informa al usuario en tiempo real de qué láminas están produciendo más energía en cada momento, aunque el material que rodea los bordes del terminal también tendría una capa conductiva que aprovecha la energía. Por otra parte, hay que decir que el Delta V no se recargaría sólo de este modo, pues la energía generada por las láminas no sería suficiente para mantener una autonomía de, mínimo, una jornada, como ahora demanda el público.
Como proyecto conceptual es muy ambicioso, pero habría que ver, más allá de ser factible o no, la cantidad de energía que logra recoger mediante su cuerpo y las láminas, porque aúnque los smartphones van ganando en eficiencia, piezas como la pantalla o las antenas GPS siguen requiriendo de mucha energía por hora.